Llegó el frío de noviembre, y con él, todas las personas previsoras comienzan a hacerse un chequeo fiscal del año.
Quedan menos de dos meses para que el año termine. Muchas personas saben que aún están a tiempo de corregir su situación fiscal, para que en la campaña de renta 2023 no tengan sorpresas.
De tal manera:
Vigilan los tipos de retención que están soportando en sus trabajos o en sus actividades económicas. Unas veces por exceso y otras por defecto.
Ahora hay que tener en cuenta la nueva reducción sobre rendimientos del trabajo del art. 20 LIRPF y la obligación de declarar cuando hay un segundo pagador (de más de 1500 al año) a partir de los 15.000 euros. Cosa que es probable tras la subida del SMI y la actualización de convenios colectivos.
Comprueban cómo deducir aportaciones a planes de pensiones y cómo rescatar dichos planes de pensiones de la manera menos gravosa.
Con la modificación del art. 52.1 LIRPF se han modificado las aportaciones máximas que pueden reducir la base imponible.
Revisan la incidencia en las deducciones si amortizan anticipadamente el préstamo hipotecario de su vivienda.
Téngase en cuenta las diferentes situaciones del régimen transitorio y la posible deducción autonómica (VPO, jóvenes, etc)
Los que cotizaron en las mutualidades de la banca o de Telefónica echan números para ver cómo minorar la carga fiscal de la pensión que ahora están recibiendo.
Ello, tras la STS 255/2023 que permite a dichos pensionistas minorar el 25% de la pensión recibida por este concepto.
Y así, un sin número de asuntos, y no sólo del IRPF, sino también de beneficios fiscales del ITP-AJD, ISD, IBI, etc, que es conveniente tratar a tiempo en el lugar indicado.
Ahí fuera, parece que sigue haciendo frío, ¿verdad?



